lunes, 29 de septiembre de 2008

VIVIR SIN VIDA.
Por decir lo que sentía lo juzgaron
Entregado a una utopía, y no lo valoraron
Con su risa ya fingida lo enterraron
Y aun después de muerto siguió caminando con su vida destrozada,
No cargaba con arena como los otros muertos,
Cargaba con sus penas, sueños frustrados frases sin decir y anhelos sin cumplir.

Estaba helado como los demás muertos,
Pero por la frialdad que habían dejado sus experiencias pasadas,
Aunque su corazón latía el no sentía, igual que ocurre con los demás .
,
Tiene una cruz en el pecho como los otros,
Pero esta no le sirve para sacarlo del “pulgatorio”
Pues su vida misma es un pulgatorio
Esta cruz es el amuleto que le quedo de su vida pasada.

Mira a los demás y supone que debe hacer parte de su clan,
Piensa por última vez y recuerda lo que hizo en su muerte primera,
Bebe del líquido del frasco con el que conservan a los demás muertos,
Cierra sus ojos rumbo a su segunda muerte y verdadera.
Lina Marcela Ceballos Becerra

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